enero 2018

Cuando a los padres nos toca por primera vez tomar la decisión de escoger un colegio para nuestros hijos, nunca nos imaginamos lo difícil que es esta decisión, ya que comenzamos a analizar cual será el mejor colegio en cuanto a nivel académico, en cuanto al desarrollo social-emocional, que tenga las mejores instalaciones, al mejor equipo y así podríamos hacer una lista interminable para darles lo mejor a nuestros hijos.

A nosotros, nos tocó iniciar este difícil trabajo hace más o menos 6 años y fuimos a conocer más de 10 colegios, hasta que finalmente encontramos uno en el cual pudimos ver un balance entre la excelencia académica, el desarrollo de la inteligencia emocional-social de nuestros hijos y  un excelente equipo desde el señor que nos abre todos los días hasta la Directora que se encuentra involucrada todo el tiempo en el colegio. Encontramos ese colegio en el cual sus alumnos no son un número más, si no, un individuo con nombre y apellido y con necesidades, aptitudes y cualidades únicas, las cuales son explotadas y valoradas de manera individual por todas las personas que conformar este equipo.

Por lo que, tomamos la decisión de emprender esta nueva aventura con nuestra primera hija en este colegio; y, luego de ver la formación de ella en todos los aspectos, el éxito que ella ha tenido en su nuevo colegio y el amor que ella le tiene al día de hoy a “su colegio” (2 años después de haber salido de allí), nos hizo volver a tomar la decisión de vivir esta maravillosa experiencia por una segunda vez con nuestra chiquita, quien actualmente es una tripulante de este maravilloso colegio llamado TROZOS.